Los callos se forman por la piel muerta que se acumula en aquellas zonas más presionadas de nuestros pies.
También podemos usar limón para tratar los callos.
Otro de los tratamientos caseros consiste en aplicar aceite de ricino un par de veces al día sobre los callos que queremos eliminar.
Si nuestra callosidad es muy grande debemos considerar acudir a un podólogo.
Una vez removida la mayor parte de los callos los tratamientos caseros se vuelven muy efectivos.
En cualquier caso, la paciencia y la constancia son necesarias para el éxito de los tratamientos.