Localizar la válvula de escape del radiador, en la parte superior o inferior del mismo.
Colocar un balde debajo (puede contener agua condensada) y abrirla lentamente.
Cuando deje de escucharse aire saliendo por la válvula, pasaremos al siguiente radiador y repetiremos la operación sin encender la caldera.
Encender la caldera.
Ir cerrando una a una las válvulas a medida que vaya saliendo el vapor. Utilizar guantes para no quemarse.