En primer lugar debemos cerciorarnos de que no se trate de un desnivel del suelo.
Una de las soluciones más sencillas, cuando la cojera no es muy acusada, es colocar un pedazo de corcho en la pata coja.
Debemos cortar el corcho en forma de disco y pegarlo con cola.
Cuando la pata cojea por ser más corta podemos usar un taco. Es decir, un pedazo de madera del grosor de la pata que colocamos debajo de la pata para igualar la longitud y dar firmeza a la silla o mesa.
Una opción más profesional - aunque no siempre viable - es cortar las tres patas largas para no tener que depender de un taco o de corcho para estabilizar la silla o mesa.
Puede ser difícil realizar esta operación, por lo que solo es viable si se cuenta con la destreza adecuada.