Marcar con un lapiz el lugar de la pared donde se hará el agujero.
Con un destornillador, marcar el lugar golpeando el mismo con un martillo.
Comenzar a hacer el agujero clavando el destornillador como si fuera un clavo y ayudándose con el martillo. Es necesario ir moviendo el destornillador de manera circular mientras se martilla, para emular el movimiento de una mecha.
En todo momento se debe mantener el destornillador perpendicular a la pared para que el agujero se haga derecho.
Se deberá tener en cuenta que la punta del destornillador se puede averiar con este procedimiento. Es por ello que se recomienda hacerlo con alguna herramienta vieja o en desuso.