Antes de lavar el cabello, y siempre que contemos con tiempo suficiente para consentirnos, lo ideal es realizar algún tratamiento, bien sea para nutrir, fortalecer o dar brillo. Aplicar una ampolla comercial, o un baño de crema, o alguna mascarilla natural casera es lo ideal. En mi caso, apliqué aceite de oliva en el cuero cabelludo para disminuir la resequedad y evitar la caída del cabello. Apliquelo con las yemas de los dedos y masajee, y deje actuar una hora o por lo menos media hora antes de lavar el cabello.
Ya cuando está listo para lavar el cabello, bien sea en la ducha, lavacabezas o hasta en el fregaplatos como lo hice yo por ser lo más práctico en diversas oportunidades, recomiendo peinar para eliminar el cabello muerto o partido. Así evitamos que este caiga y se acumule donde lo estemos lavando. Además el peinarse sirve para activar la circulación en el cuero cabelludo...
Continúa humedeciendo el cabello suficientemente, incluso si cuentas con un buen chorro de agua, puedes aprovecharlo para masajear. El agua fresca es lo ideal para lavar el cabello, pero si prefieres agua tibia no pasa nada.
Ya bien empapado el cabello, aplicamos el champú sin mezquindad. Primero en las puntas y luego resto de la cabeza, masajeando firmemente con la yema de los dedos. Dos champú o hasta que salga mucha espuma.
Luego de obtener ya mucha espuma, retiramos el champú con abundante agua. Es necesario serciorarse de que no queda resto de champú pues esto podría producir caspa. El cabello, como los platos, al estar realmente limpio rechina...
Hay quienes no requieren acondicionador. Pero hay quienes sí lo requieren. Para quienes lo requieran y quieran darle más suavidad a su cabello, este momento es para aplicarlo. Sólo en las puntas y desenredando con los dedos. Un par de minutos peinando con los dedos será suficiente.
Retire el acondicionador con abundante agua, ya tratando de no enredarlo y dejando que el agua corra desde la raíz a las puntas. Así concluye un buen lavado de cabello.