Apagarlo cuando no se utiliza (por más que resulte obvio hay gente que lo deja prendido).
Elegir una temperatura adecuada para la habitación. Las temperaturas más frÃas generan mayor gasto.
Colocar el aparato lejos de posibles fuentes de calor para que se exija menos.
Chequear que esté bien instalado y las bocas de entrada y salida estén sin obstrucciones.