En primer lugar debemos tener claro donde queremos que nuestro perro se siente y donde no.
Lo que debemos hacer es quitar esa costumbre de que se suba allí donde quiere.
Para evitar que nuestro perro se suba donde quiere debemos reclamar el sofá, sillón o mueble como nuestro.
Nunca intenté bajar al perro por la fuerza de un mueble ni castigarlo porque ha subido al mismo.
En su lugar, debe actuar como un perro de su manada lo haría: debe atajar cuando quiera subir en el momento mismo que quiera subir. De lo contrario, el perro no recibirá el mensaje de que no debe subir ahí.
Si su perro le gana la partida y se sube al sofá lo que debe hacer para bajarlo es distraerlo con algo que le interese.
Una vez el perro haya bajado del sofá puede volver al punto de partida: no le deje subir cuando pretenda hacerlo.
Cuando no pueda vigilar que su perro no suba al sofá opte por no dejarle entrar a la estancia en la que se encuentre dicho mueble.
Sea constante y conseguirá que su perro deje de subirse donde quiere. Disponga de una colcha o una almohada para que sea el lugar de su perro, así no tendrá que subirse a otro sitio.