Para poder mantenerlas impecables es necesario brindarles un tratamiento diario.

Instrucciones:

1. Paso 1

   Una vez a la semana pasar un plumero o una aspiradora para retirar el polvo y que éste no manche el ladrillo con el tiempo.

2. Paso 2

   Para hacer una limpieza profunda, utilizar agua y detergente. Luego frotar con un cepillo y por último enjuagar con agua.

3. Paso 3

   No utilizar lavandina ni ningún tipo de líquido abrasivo.