Primero que todo, utiliza polvos traslúcidos, estos sellan el maquillaje y dejan una apariencia aterciopelada.
Utiliza brochas redondas y gruesas realizando amplios movimientos de arriba a abajo y del centro hacia afuera.
Y, para terminar, vaporiza al terminar de maquillarte una fina bruma de agua mineral por todo el rostro para que el maquillaje se fije a la piel.