Calzar el destornillador en el tornillo y girar fuertemente.
Usar un atornillador eléctrico, cuya fuerza y velocidad es superior a la ejercida por el humano y quizás pueda sacarlo.
Intentar atornillar un poco más, y luego comenzar a desatornillar.
Mojar la cabeza del tornillo con agua oxigenada y dejar un rato. Luego intentar nuevamente.
Calentar la punta del destornillador con un soldador, para que èste dilate el metal del tornillo.
Como última opción, pegar con el martillo en la cabeza del tornillo para moverlo hacia los lados y aflojarlo.