Se baten 2 claras de huevo a punto de nieve junto con dos cucharaditas de zumo de limón.
Añada dos tazas de azúcar pulverizada poco a poco y mezcle bien.
Si lo prefiere un poco más lÃquido, añada unas gotitas de agua, pero poco a poco para que no cambie rápidamente la textura del glaseado.
Se debe usar inmediatamente o meterse en un recipiente cerrado, pues se pone muy duro si se deja al aire.