Controlar que las bisagras de puertas y ventanas estén bien seguras y atornilladas.
Lo ideal es que la puerta de entrada tenga más de un punto de cierre, preferiblemente arriba y abajo para que no se pueda hacer presión sobre la puerta con una barreta.
Asegurar las ventanas desde dentro con cerrojos o trabas.
Colocar rejas.
Instalar una mirilla para ver antes de abrir la puerta.