Primero se debe moler la uva. Dependiendo de cuanto vino queramos, será la cantidad de uva que necesitaremos. Se puede pisar como se hace tradicionalmente, o hacerlo mediante una prensa o algo que la muela.
Verter el contenido logrado en un recipiente metálico que esté abierto y dejarlo allà hasta que fermente (la temperatura debe ser de 20° para los vinos blancos y de 30° para los tintos).
Dejarlo 3 dÃas y separar el jugo de los residuos sólidos.
Dejar descansar el jugo obtenido en un lugar fresco y de temperatura constante (por ejemplo, un sótano) durante 30 dÃas.
Volver a separar los residuos sólidos de los lÃquidos.
Colocar el lÃquido en otro recipiente y sellarlo con un corcho, por ejemplo, en el caso que el recipiente sea una damajuana.
Finalmente dejarlo otra vez durante 30 dÃas, hasta que se convierta en el vino final.